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Fernando Aramburu - Siglos de Ajedrez (2008), Szachy

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Siglos de Ajedrez                                    Fernando Aramburu

SIGLOS DE AJEDREZ

 

CAPITULO I

 

De los Orígenes al Clasicismo

 

Quien ve crecer las cosas desde sus principios,

              tendrá un conocimiento más acabado de ellas.

              Aristóteles (384 - 322 a.c.)

 

Antiguas civilizaciones de Lejano Oriente conocie­ron juegos de tablero, que al principio se rayaba en el suelo y sobre el cual se movían diversas piezas (caba­llos, guerreros, elefantes, carros, etc.) talladas en piedra o madera que simulaban fuerzas en combate. La mayoría de los investigadores entienden que todo empezó en la India hace unos tres mil años. Si bien se han realizado hallazgos más antiguos aún, en Egipto, Mesopotamia, Pakistán y China, no han podido ser relacionados directa­mente con nuestro ajedrez.

              El Chaturanga o "Juego de los Cuatro Reyes", se jugaba en la India, en el siglo V a.C. Intervenían cuatro jugadores, cada uno de los cuales disponía de un rey, un elefante, un caballo, un navío y cuatro peones, dispuestos en las cuatro esquinas de un tablero de 64 casillas. Cada participante debía esforzarse en capturar un rey opuesto y defender el propio; las jugadas se determinaban por un dado. Más adelante y como consecuencia que la religión prohibía los juegos de azar, el dado se sustituyó por la reflexión; también los contendientes se redujeron a dos.

 

El Chaturanga tuvo dos descendientes: el Shatrang persa y el Petteia griego.

Luego de la guerra Grecia-Persia esos juegos se fusionaron apareciendo hacia el año 650 el ajedrez árabe, muy parecido al actual. Las expediciones, el comercio y las con­quistas lo difun­dieron por el mundo. El legendario Harun-al-Raschid ofreció un ajedrez a Carlomagno, del que se conservan algunas piezas. Los árabes lo trajeron a Occidente, a través de España, allá por los siglos VII y VIII. Por entonces ya se había ideado un modo de representar gráficamente las piezas y anotar las jugadas, para así preservar problemas y partidas, algo insólito para un mero juego de entretenimiento y que sugiere la calidad intelectual perdurable que le atribuían.

Como lo testimonia el “Libro de axedrez e dados e tablas” de Alfonso X (1252-1284), compi­lado en 1283 y que actualmente se conserva en la Biblioteca del Escorial, en la Edad Media se jugaba en Europa; el tablero ya era a dos colores, pero algunas reglas eran diferentes a las del aje­drez actual.

Alfonso X recogió de los árabes 103 "mansubas" o problemas de ajedrez.

El mejor jugador del mundo de tan remotas épocas era el árabe As Suli, autor de varias obras, de las que sólo se conservan fragmentos; otro famosos maestros árabes fueron Aladino al Tabriz (que vivió entre 1450 y 1490) y su contemporáneo Al-Yahudi. Las Torres se llamaban Roques (rujj en árabe es carro de guerra) y la Dama era el Alferza (especie de capitán). El caballo representaba al caballero andante (por eso los ingleses usan Knight y no Horse). El alfil (al-Fil en árabe significa elefante), también representó otros personajes: Obispo (Bishop en inglés, Bispo en portugués), Bufón (en Francia se llama Fou, tonto) y Läufer en alemán (que significa corredor).

Sólo el Rey, el Caballo y la Torre se movían como hoy. El Alfil se desplazaba como máximo tres casillas y podía saltar por encima de otras piezas, el Peón sólo podía avan­zar una casilla y el Alferza era una pieza muy débil que sólo se movía en diagonal y una casilla por vez. La voz "dar shaque", amenazar al rey, deriva de Sha, rey de los persas y Sha mat significa "el rey ha muerto".               El vocablo "ajedrez" y sus traducciones "chess", "xa­drez", "é­checs", "schachspiel", "scacchiere", "giuoco degli scacchi", derivan de expresiones provenientes de varias len­guas: árabe, persa, griego y latín; como ser ludus scaco­rum, ace dextre, scaccus, equus, scacum, etc.

En excavaciones de una sepultura vikinga hallada en la costa sur de Bretaña se encontró un juego de ajedrez, y en una región francesa se descubrieron unas piezas del siglo X, de origen escandinavo, que respondían al modelo árabe tradicional.

 

En España el ajedrez era un juego popular; mientras en Italia lo practica­ban las clases adineradas.

Durante el Renacimiento el ajedrez sufrió una reforma, según el “Manuscrito de Gottingen”, primer registro histórico del ajedrez redacta­do en latín en el Siglo XV. Este documento contiene además unas veinte partidas y diez modos numerados de iniciar un juego (“salidas”, luego denominadas “aperturas”). La reforma, tendiente a hacer más interesantes y ágiles las partidas consistió en lo siguiente. El Alferza se sustituyó por la Reina (más adelante en algunos países se denominó Dama) y, junto al Alfil, se les otorgó absoluta movilidad, reforzando el poder del ataque; también se inven­tó el enroque para compensar las posibi­lida­des de defen­sa. Al peón se le permitió saltar dos casillas en la salida, comer al paso y, al coronar, podía trans­formarse en cualquier pieza.

En 1497 se publicó el tratado del espa­ñol Juan Ramírez Lucena de Salaman­ca (a quien algunos atribuyen el Manuscrito), titulado "Repetición de amores e arte de axedrez", del que se con­servan dos ejemplares en Madrid y otros dos en Londre­s y Bruselas respectivamente. Contiene una colección de partidas donde las piezas aún se mueven a la antigua. Es notable el aporte teórico que hace Lucena (1465-1530) en varios aspec­tos del juego, como las aperturas, combinaciones de mate y fina­les.

 

Huesca, 1500 – Lucena, Juan Ramírez – Quintana, José

Apertura Zaragozana
1.c3 Cc6 2.d4 e6 3.e4 d5 4.ed5 ed5 5.g3 Ad6 6.Ah3 Ah3 7.Ch3 Dd7 8.Cf4 Cf6 9.Df3 Af4 10.Af4 0-0-0 11.0-0 Dh3 12.Ag5 Cg4 13.Dg2 Dg2+ 14.Rg2 f6 15.Ad2 The8 16.Te1 Te1 17.Ae1 Te8 18.Cd2 Ch6 19.Cf1 Cf5 20.Ad2 Cd6 21.h4 Ce4 22.Ae3 g5 23.hg5 fg5 24.f3 Cd6 25.Ag5 Te2+ 26.Rh3 Tb2 27.Ce3 Cb5 28.Cd5 Tc2 29.Te1 Cc3 30.Te8+ Rd7 31.Cf6+ Rd6 32.Af4+ 1-0

 

Lucena daba algunas indicaciones “secretas” al ajedrecista práctico:

a)     Antes de la partida trata que tu rival beba y coma opíparamente;

b)     Si es un desconocido háblale de tus hazañas en otros lugares;

c)      Si juegan a la luz del día, haz que él quede sentado de frente al sol;

d)     Si juegan de noche, coloca la vela a su derecha, de modo que él mismo se haga sombra con el brazo cuando va a mover;

e)     Mientras él piensa su jugada, silba una tonada o conversa con algún espectador;

f)       Si estás inferior, mueve con decisión, golpeando las piezas en el tablero;

g)     O juega muy despacio, para que él se impaciente y quizá también se equivoque;

h)     Si cometes un grueso error, sonríe disimuladamente sin mirarlo a los ojos;

i)       Si triunfas de casualidad, deja la revancha para otro día.

 

Los maestros de antaño trataron de hallar las mejores juga­das para iniciar el juego. Para orientarse en el labe­rinto de posibilidades tuvieron la gran idea de poner nombres a varias series de movidas lógicas de uno y otro bando. Giuoco Piano, Gambito de Rey, Apertura del Alfil, Apertura de Ruy López, Fianchetto de Dama. Defensa Siciliana y tantos otros, son términos que tienen quinientos años de antigüedad. Las aperturas que no pertenecían a la clasificación se denominaban "irregulares". De acuerdo con los conceptos de la época, la finalidad principal era alcanzar una posición que liqui­dara la partida en pocas jugadas. Conocían perfectamente la importancia del centro y la debilidad de los puntos f7 y f2, hacia donde encaminaban sus tempranos ataques y sacrificios.

 

Neferati jugando ajedrez. 1265 AC.

También comprendieron que cuando ninguno de los bandos puede dar mate inmediatamente, debería ganar la partida quien posea ventaja material o la posibilidad de obtenerla. El valor de las piezas era algo vago, sobre todo el relativo entre Caballo y Alfil, recién aclarado en el siglo XX.

 

Sabían ganar material de diversas maneras: ataque a peones o piezas mal prote­gidas y/o inmóviles, ataques dobles, descubiertas, clavadas y maniobras como obligar al rival a entre­gar una pieza para detener un ataque al rey o a cambio de un peón que amenaza llegar a la octava fila, cambio/desviación/atracción/inmovilización de la pieza defensora, y por supuesto mediante trampas.

El método de juego basado en amenazas direc­tas -como suele jugar un principiante de cualquier época- y en los descuidos del rival ya se consideraba insufi­ciente. La conducción de una partida por un experto era más indirecta. Se realizaba una esgrima de amenazas y contra amenazas, donde lo más importante era el ingenio para sorprender y ganar brillantemente. La celada fue la primer estrategia.

 

Veamos este análisis de una variante de apertura men­cionado en el Manuscrito de Gottingen: 1.e4 e5; 2.Cf3 f6; extraño modo de proteger el peón e5, heredado de la época que damas y alfiles no disponían de mucho radio de acción. Luego de 3.Ce5! fe; el Manuscrito indica 4.Dh5+ Re7 (si 4...g6; 5.De5 ganan­do); a lo que sigue 5.De5+ Rf7; 6.Ac4+ d5 (si 6...Rg6; 7.Df5+ Rh6; 8.d4+ g5; 9.h4!); 7.Ad5+ Rg6; 7.Dg3+ Dg5; 9.Db3 Dg2; 10.e5 y las blancas ganan.

Sin embargo, el maestro portugués Pedro Damiano, farmacéutico originario de Alemtejo (1476-1545), después de 1.e4 e5; 2. Cf3 sorprendía a todos jugando f6!?, el “gambito Damiano”, como luego lo bautizó Ruy López.

 

Alemtejo, Portugal, 1516 - NN – Damiano, Pedro

Gambito de Damiano

1.e4 e5; 2.Cf3 f6; 3.Ce5 De7; 4. Dh5+ g6; 5.Cg6 De4+; 6.Rd1 Dg6 0-1

 

Damiano publicó el "Libro da imparare giocare a scacchi et delle partite" en 1512, que fue reeditado muchas veces y anali­zado por maestros de todos los tiempos. Contiene numerosas aperturas y finales, así como parti­das completas y un capítulo sobre el ajedrez a ciegas. Damiano daba estos consejos (más serios que los de Lucena):

a) No efectuar movimiento alguno sin un objetivo concreto; b) No jugar demasiado de prisa; si se dispone de una jugada buena tratar de encontrar otra aún mejor; c) Cuando se tiene ventaja decisiva no malograrla por captu­rar un peón; d) Con ventaja de material provocar cambios, siempre que éstos no sean perjudiciales.

 

              Ruy López de Segura nació en Zafra, Badajoz, en 1530 y falleció en Madrid en 1580. Ejerció como clérigo y cuando tenía 20 años visitó Roma donde derro­tó a los mejores ajedrecistas italianos. Hacia 1573, con motivo de visitar a Gregorio XIII, vuelve a obtener brillan­tes victorias sobre los italianos. Dado el auge del ajedrez en ambos países, el evento fue práctica­mente un campeonato mundial. La victoria de Ruy López le dio fama internacional. En Alcalá de Henares en 1561, la ciudad de Cervan­tes, se publicó el libro de Ruy López de Segura: "Libro de la invención liberal y arte del juego de axedrez". Fue la obra cumbre del siglo XVI. Allí analiza el Gambito de Rey, 1.e4 e5; 2.f4, apertura que ocuparía un primer plano en la teoría y práctica del ajedrez durante siglos.

 

Roma, 1574 - Ruy López - Leonardo da Cutri

Gambito de Rey rehusado

1.e4 e5; 2.f4 d6; 3.Ac4 c6; 4.Cf3 Ag4; 5.fe de; 6.Af7+ Rf7; 7.Ce5+ Re8; 8.Dg4 Cf6; 9.De6+ De7; 10. Dc8+ Dd8; 11. Dd8+ Rd8; 12.Cf7+ abandona.

 

      Ruy López de Segura

En su libro, Ruy López también plantea la fa­mosa apertura: 1.e4 e5; 2.Cf3 Cf6; 3.Ab5,  que llevaría su nombre hasta nuestros días. Él y Luce­na con­si­deraban como me­jor defen­sa de las negras 3....Ac4, lo que seguía 4.c3, preparando d4. No sirve 4.Ac6 dc; 5.Ce5 por 5...Dd4. También jugaban 3...f5 y 3...Cd4, que encierran sendas tram­pas. El tratado de Ruy López fue traducido al italiano (1584), alemán y francés, haciéndose varias ediciones en París en 1609.

 

Ruy López - NN [C63] Madrid, 1571

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 f5 4.Cc3 fe4 5.Ce4 Cf6 6.Cf6+ gf6 7.d4 e4 8.Cg5 Ab4+ 9.c3 fg5 10.Dh5+ Rf8 11.Ag5 Ce7 12.Ac4 d5 13.Ad5 Dd5 14.Ah6+ Rg8 15.De8#     1-0

 

 

 

Ruy López - NN [C63]

Madrid, 1571

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 f5 4.Cc3 Cf6 5.De2 Cd4 6.Cd4 ed4 7.e5 Cg4 8.h3 Cf2 9.Df2 dc3 10.0-0 c6 11.Ac4 Db6 12.d4 cb2 13.Ag5 ba1D 14.Af7+ Rf7 15.Df5+ Rg8 16.Df7# 1-0

 

Ruy López - NN [C64]

Madrid, 1572

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 Ac5 4.c3 Cf6 5.d4 ed4 6.0-0 d5 7.ed5 Cd5 8.Da4 Ad7 9.Dc4 1-0

 

Ruy López - NN [C64]

Madrid, 1572

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 Ac5 4.c3 f5 5.ef5 e4 6.d4 Ab6 7.Ce5 Ce5 8.de5 Dh4 9.0-0 c6 10.Ae2 d5 11.g3 Dh3 12.Ag4 1-0

 

Ruy López - NN [C64]

Madrid, 1572

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 Ac5 4.c3 f5 5.d4 ed4 6.cd4 Ab4+ 7.Cc3 fe4 8.Cg5 Cf6 9.d5 Ce7 10.Ce6 1-0

 

Madrid, 1575 – NN – Ruy López

Apertura de Ruy López

1.e4 e5; 2.Cf3 Cc6; 3.Ab5 f5; 4.Ac6 dc; 5.Ce5 Dd4; 6.Dh5+ g6; 7.Cg6 Cf6; 8.Dh4 Cg4; 9.Ch­8?? De4+; 10. Rf1 Ce3+ 0-1

 

Madrid, 1575 – NN – Ruy López

Apertura de Ruy López

1.e4 e5; 2.Cf3 Cc6; 3.Ab5 Cd4; 4.Ac4 Ac5; 5.Ce5 Dg5; 6.Cf7 Dg2; 7.Tf1 De4+; 8.Ae2 Cf3++

 

Entre los mejores jugadores del mundo, además de Lucena, Damiano y Ruy López, tenemos a los españoles Juan Esqui­vel, Miguel Pedro­sa, Pablo Vincenti, Felipe Roscés, Pedro Escovara y Alfonso Cerón; y los ita­lianos Leo­nardo da Cutri (1542-1587), Paolo Boi (1528-1598) y Horatio Gianu­tio (1552-1608), quien publicó en Turín, 1597, el "Libro nel quale si tratta della maniera di giuocar a scacchi".

 

Roma, 1570 - Boi,Paolo - NN [B20]

Gambito Siciliano

1.e4 c5 2.b4 e6 3.bc5 Ac5 4.d4 Ab6 5.Cf3 d5 6.e5 Cc6 7.c3 Cge7 8.Ad3 0-0 9.Ah7+ Rh7 10.Cg5+ Rg8 11.Dh5 Te8 12.Dh7+ Rf8 13.Aa3 f6 14.Dh8# 1-0

 

Boi,Paolo - Gianutio,Horatio [C33]

Roma, 1580

1.e4 e5 2.f4 ef4 3.Ac4 Dh4+ 4.Rf1 b5 5.Ad5 Cc6 6.Cf3 Dh5 7.d4 Cf6 8.Ab3 Aa6 9.De2 Cd4 10.Cd4 b4 11.Da6 Dd1+ 12.Rf2 Cg4# 0-1

 

 

 

  Leonardo da Cutri en la Corte de España

Leonardo da Cutri - NN [B20] Roma, 1590

1.e4 c5 2.b4 cb4

3.a3 Cf6 4.e5 Cd5

5.ab4 e6 6.Cf3 d6

7.Ac4 de5 8.Ce5 Dc7 9.Ab2 Cd7 10.De2 C5f6 11.Cf7 Rf7 12.De6+ Rg6 13.Df7+ Rh6 14.d4 g5 15.h4 g4 16.Ac1+ 1-0

 

Estos maestros hicieron el notable descubrimiento de que en cualquier maniobra de la partida se debe conseguir la meta deseada con el menor número posible de jugadas. Hacer una jugada sin objeto, desperdiciar la oportuni...

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